La tradición más difundida cuenta que tres reyes magos vinieron de Oriente, guiándose por una estrella (conocida como La estrella de Belén) que les condujo hacie el lugar del nacimiento de Jesucristo. El término 'magos' debe su orígen al griego, que venía a significar hombres sabios u hombres de ciencia. San Mateo nos deja ver que eran astrónomos.
Su visita a Belén es causa de una turbación general que incluso despierta la desconfianza del rey Herodes, quien veía al nuevo Mesías como rival.
Tras encontrar al Nño, lo adoran y lo obsequian con oro (presente conferido a los reyes), incienso (representa su naturaleza divina pues se empleaba en cultos a Dios) y mirra (compuesto embalsamador que representa el sufrimiento y muerte futura de Jesús.
Por el simple hecho de que el relato bíblico indicara que trajeron tres regalos, se dio por sentado que eran tres los personajes, aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce.
A partir de ese relato, tanto la Iglesia Católica como las personas en general han ido elaborando una leyenda sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras, incluyendo su presunto estatus real.
Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa).
Otra leyenda cuenta que, después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia.
Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia para visitar sus restos, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de la catedral de Colonia, que llevaría más de 600 años terminarla (1880)
La catedral de Colonia es la mayor de Alemania y cuenta con la campana balanceante más grande del mundo. La altura total de la catedral asciende a 157 m. una excelente vista de la ciudad y del paisaje de los alrededores.
